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Los Estados Unidos de Europa.

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Probablemente suene utópico, místico, mágico, iluso o incluso alocado. Pero no se trata sólo de un sentimiento personal, el cual defiendo de manera consciente, si no que viendo la actualidad política, también parece que se trataría de una necesidad urgente. Me gustaría que alguien un día me preguntara Where are you from? y que pudiera decir fácilmente…from the United States of Europe. Es uno de mis sueños, porque me siento europeo y me gusta ser europeo, pero también porque empieza a ser una necesidad: una construcción europea federal que pueda, finalmente, legitimar a la Unión Europea democráticamente.

Hablo de sentimientos como aquel patriota español, francés o inglés que defiende su país a capa y espada. Pero yo lo hago de una manera más relajada. Porque la Europa Federal que defiendo, obviamente, pasa por una federación. Una federación que respete todas las lenguas, culturas, tradiciones y modos de vidas de todos los Estados integrantes, sin excluir a nadie ni a nada. Pero, sobre todo, creo en una Europa Federal de manera sentimental porque creo que a los europeos nos unen más cosas que las que nos separan.

Si nos ponemos a mirar al pasado…es muy posible que alguien encuentre más diferencias que uniones entre nosotros, los europeos. Sin embargo, nuestros desastres como europeos, nuestras guerras, nuestras miserias….también nos han servido para no volver a repetir todo aquello que hemos considerado atroz, horrible y antieuropeo. De hecho, suena irónico pero, hoy por hoy, muchas de las cosas que consideramos valores antieuropeos, en su día eran valores muy europeos. Hay algo de lo que los europeos nos podemos sentir orgullos: hemos aprendido de nuestros errores o, como mínimo, durante años hemos puesto la intención. La Unión Europa ha sido el gran resultado de esta intención.

Puede que muchos ciudadanos europeos hoy por hoy no vean el europeísmo como algo positivo, como algo que defender o como algo que apoyar. No sería raro. Pero si nos paramos a pensar mínimamente, enseguida nos damos cuenta de estas similitudes de las que hablaba. Nuestra forma de vivir, de pensar, nuestra ideología, nuestro entusiasmo y plena defensa del Estado del Bienestar, de la Democracia, del Estado de Derecho, de los Derechos Humanos, de los Derechos Civiles, etc… Todo esto no es exclusivo de España o de Francia, de Alemania o Finlandia, sino que es plenamente europeo. Es lo más importante que los europeos tenemos y lo que más compartimos. No hay lugar en el mundo, ni en Estados Unidos de América, que defiendan estos valores tanto como los europeos lo hacemos. No se trata de valores que aprendemos, que nos enseñan, que simplemente queremos…se tratan de valores que tenemos intrínsecos en nuestra mentalidad, en nosotros mismos, en nuestra mente europea. Hablamos de los valores europeos.

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También, los europeos, creemos que tenemos una serie de derechos innatos a nosotros mismos: viajar sin pasaporte, sin controles; vivir en otro país de la Unión sin ningún requisito; utilizar la sanidad en otro país de la UE, estudiar en la UE, presentar iniciativas a los Parlamentos, etc. Es cierto. Estos derechos son nuestros, y para la gran mayoría, la pérdida de estos derechos sería impensable  y una completa aberración y un atropello en toda regla a nuestros derechos. Pero, tampoco podemos olvidarnos que estos derechos ni siempre han estado ahí, como tampoco nuestros valores, si no que han aparecido porque alguien así lo ha querido y defendido: La Unión Europea. Hemos conseguido estos derechos durante años de lucha, de guerras y de paz, y ahora cuando nacemos en Europa, ya nacemos con estos derechos innatos afortunadamente. No podemos ni queremos perderlos.

Puede que alguien aún siga creyendo que los europeos no compartimos tanto. Pues bien, en este caso, no hace mucho que escuché una interesante frase: si aún no crees que los europeos compartamos lo suficiente, sólo tienes que irte a cualquier otra parte del mundo para ver como de parecido es lo que los europeos pensamos.

Por todo esto creo en una Europa Federal. Pero lo expuesto arriba, no deja de ser un sentimiento personal. Algo en lo que creo y defiendo, como aquél irlandés patriota que defiende su país. Pero sé que se necesita algo más para defender una Federación Europea.

Hablemos de la otra vertiente, hablemos de la vertiente de la necesidad.

Desde que empezó esta crisis mundial (ahora ya sólo europea), muchos han sido los comentarios relativos a la Unión Europea. Incluso hemos llegado a escuchar que la deficiente creación del euro se hizo a propósito, con el fin de forzar a los Estados europeos a federarse para salvar Europa de la crisis.

En estos años, hemos escuchado y leído de manera reiterada artículos clamando contra algunas políticas europeas, en concreto las económicas. No quiero quitar la razón a nadie, ya que en parte comparto muchas de estas críticas, pero sí que se ha hablado de la UE de una manera muy simplista y genérica. Bruselas no es equivalente a Unión Europea, de la misma manera que no siempre lo que hace la Comisión Europea es compartido por el Parlamento Europeo, aunque ambas instituciones sean Unión Europea.

En cualquier caso, si de algo ha servido esta crisis, ha sido que se ha hablado, por fin, de Europa. Muchos no conocían qué era la Unión Europea y ahora, aunque a veces de manera muy simplista, la práctica totalidad de los ciudadanos conocemos que hay algo que existe y que nos afecta, ‘eso’ llamado Unión Europea.

Las críticas contra la Unión Europea han sido de lo más variadas, pero si hay algo común en todas o casi todas las críticas, es que la gran mayoría llaman a la creación de ‘una nueva Europa’, una ‘Europa social’, una ‘Europa de los ciudadanos’, una ‘Europa democrática’.

¿Cómo se puede conseguir todo esto? Primero tiene que quedar claro que no podremos tener una nueva Europa si los ciudadanos no quieren. Para ello, hay que construir Europa con los ciudadanos europeos. Y puede que, una de las grandes soluciones, sea la federación europea.

Estos son alguno de los motivos que, además de los sentimentales, creo que hacen necesario técnicamente crear una Federación europea.

- DEMOCRACIA: es el punto clave de la Federación. Durante años, la Unión Europea ha sido criticada duramente por tener un eterno ‘déficit democrático’, algo que es bastante cierto en tanto que el Parlamento Europeo (aunque ha avanzado mucho), aun es una institución, en parte, sometida a la Comisión Europea y al Consejo, aunque en la realidad, el proceso de codecisión implica que el Consejo no puede actuar en muchos temas sin en el Parlamento.

En una Europa Federal, los ciudadanos europeos seríamos los encargados de elegir al Parlamento Europeo (como en la actualidad). Pero con una gran diferencia: el Parlamento Europeo se convertiría en un verdadero legislador, capaz de elegir y votar exclusivamente al Presidente de la Comisión (el ejecutivo). El Parlamento también sería el encargado de tener la iniciativa legislativa, junto a la Comisión. El Parlamento Europeo, por tanto, pasaría a tener el mismo papel que los parlamentos nacionales, aunque a nivel europeo.

En una Europa Federal, como en los Estados Unidos, los partidos políticos nacionales dejarían de existir en las elecciones europeas, para convertirse en verdaderos partidos políticos paneuropeos, capaces de articular un programa político para toda Europa con una solo candidatura para toda la UE.

No estaría de más que, junto a la iniciativa legislativa popular, la UE pudiera poner en marcha nuevos procesos democráticos, como el ya existente en la web de la comisión, pero vinculantes para los asuntos de más importancia para la vida de los ciudadanos.

- Un Presidente para la Unión Europea: aunque en la actualidad conocemos al Presidente de la Comisión, como quizás la máxima cabeza representativa de la UE, lo cierto es que convive junto a 2 presidentes más, el del Consejo y del Parlamento Europeo.

Sin ánimo de quitar prestigio a ninguno de los Presidentes, que en una Europa Federal seguirían existiendo aunque con unas funciones más delimitadas, el Presidente de la Comisión de la nueva Europa, elegido por el Parlamento Europeo, sería el máximo y único representante de la Unión Europea. Esto, por tanto, simplificaría bastante las relaciones exteriores y europeas, y ya no haría falta de hablar de los 3 presidentes, si no del Presidente. 

Al fin y al cabo, también se trata de acercar la UE al ciudadano. Y la manera es simplificando las instituciones y, sobre todo, haciéndolas visibles. El Presidente, como el Parlamento, responden ante la ciudadanía.

- Una importante voz mundial: se dice que ningún líder mundial sabe exactamente ‘a quien debe llamar si quiere hablar con la UE’. En la nueva Europa, pasaría como en los Estados nacionales. Cada comisario (ministerios), tendrían sus funciones como en la actualidad, pero al no existir tres Presidentes, la voz exterior sería definitivamente de un solo ente: la UE (que no de la Comisión, el Parlamento, o el Consejo, o de los tres).

En la nueva UE, los Estados Nacionales estarían representados por la Unión en los foros y organizaciones mundiales, representando a todos los Estados europeos, y logrando, al fin, tener una importante fuerza y potencia a nivel exterior. Esto supondría, obviamente, una importante reducción de costes para los Estados Nacionales.

Sin embargo, lo más importante de este hecho sería que, al fin, la UE podría condenar duramente aquellas atrocidades que muchas veces no condena al no tener competencias o al ser vetadas por algún Estado europeo, al requerirse muchas veces unanimidad en la UE. Y sobre todo, esto permitiría lanzar misiones de paz y/o humanitarias tanto en Europa como en el mundo, sin que ningún Estado europeo pudiera vetarlas por razones ideológicas o interesadas. Sería el Parlamento Europeo, junto con la Comisión, es decir, el poder legislativo y ejecutivo, los únicos encargados de decidirlo (aunque pudieran ser aconsejados o recibir propuestas de otras Instituciones, como del Consejo; o bien convirtiendo el Consejo en una especie de Senado o cámara territorial).

Otro aspecto esencial es que, tal y como se ve el futuro, los países europeos por sí mismo no podrán luchar ni competir comercialmente con otros países mundiales. ¿Se imaginan a España por sí sola compitiendo con China? ¿se imaginan a España por sí sola intentado convencer a los Chinos de que deben respetar los Derechos Humanos? Sólo una UE fuerte será capaz de llevar la voz y hacer valer la voz de los Estados europeos a lo largo del mundo. Parece un cumplido, pero es cierto: unidos somos más fuertes.

- Una Europa social: una Europa Federal podría ayudar a solucionar algunos problemas actuales. O, visto de otro modo, podría ayudar a reforzar y potenciar nuestros Estados del Bienestar. Una nueva Europa, con un presupuesto fuerte, votado por el Parlamento Europeo, elegido por los ciudadanos, podría potenciar y asegurar de manera definitiva el Estado del Bienestar en toda Europa, asegurando, a través de Directivas, unos mínimos o bases de obligado cumplimiento para toda Europa: asegurar la educación pública, la sanidad pública, la dependencia o las pensiones. Se trataría de europeizar estos servicios, asegurando los mínimos en toda Europa.

Hasta ahora, la UE a duras penas tiene competencias en estos aspectos. En la nueva Europa Federal, los Estados deberían encargarse de aquellos asuntos que afectasen directamente a los ciudadanos, es decir, que pudiera resolver más fácilmente por su cercanía (como ahora se hace con los Ayuntamientos). Pero sólo la UE podría ser capaz de asegurar con sus Directivas tales derechos que serían iguales para todos los europeos, reforzando la igualdad en toda Europa: independientemente de nacionalidad, norte o sud.

- El respeto de las minorías: como en cualquier Estado, la nueva Federación Europea tendría que respetar las lenguas europeas, tanto las reconocidas como las que no; los diferentes pueblos y naciones; las diferentes tradiciones; las diferentes culturas. Sin embargo, por una cuestión de entendimiento y de costes, será necesario establecer el inglés como única lengua oficialísima en las Instituciones de la UE, aunque respetando y protegiendo siempre el resto.

- Reduciendo costes eficientemente: como hasta ahora se ha hecho en algunos aspectos (como en las fronteras con Frontex, por ejemplo), con los Estados Unidos de Europa se podrían reducir aún más los costes nacionales a través de la europeización de algunos servicios. La creación de una sola agencia de investigación (el FBI europeo), un único ejército, una policía más unificada, una Renfe y AENA europea, una protección del medio ambiente europeo, etc… Todo esto que desde Europa pudiera hacerse y pudiera hacerse mejor, serían competencias y servicios de los que los Estados podrían deshacerse, para pasar a manos europeas, permitiendo a los Estados Nacionales ocuparse de aquellos asuntos más cercanos y directos a los ciudadanos.

La persecución del gran fraude fiscal a nivel europeo, así como la recaudación de nuevos impuestos europeos (como bien podrían ser los impuestos verdes y la Tasa Tobin), ayudarían no sólo a aumentar los ingresos europeos, si no que también a ser más eficaces en estas luchas contra la especulación financiera  y la destrucción de nuestro medio ambiente.

- Una Europa Unida: la Federación Europea no sólo mejoraría la vida de los europeos, sino que ayudaría, por fin, a hacer valor los valores comunes, los europeos, frente a los intereses nacionales. Ya no sería Alemania quien tendría más poder solo por ser una potencia europea, si no que lo que realmente valdría sería lo que el sentimiento europeo, que no nacional, hiciera valer en el Parlamento Europeo, encargado de defender los intereses de toda la Unión Europea, de norte a sud y de oeste a este.

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Los Estados Unidos de Europa no supondrán la solución  a todos nuestros males. Piénsese en los Estados Unidos de América, dónde a pesar de ser una Federación, también han sufrido la crisis, sufren la pobreza y su Estado del Bienestar tiene muchísimo que envidiar al europeo. En Estados Unidos hay Estados y Estados: algunos más pobres, otros más ricos; algunos más sostenibles, otros menos; algunos más avanzados, otros menos; en algunos hay pena de muerte, en otros no. En los Estados Unidos de Europa nunca se hablará de pena de muerte, sí de Estados más o menos ricos; pero la diferencia estará en que la nueva Federación Europea tendrá los mecanismos suficientes, como una Reserva Federal, que podrá velar por intentar la máxima igualdad entre los Estados, pero sobre todo, los mecanismos que harán posible que Europa no pueda volver a tener una crisis como la hasta ahora vivida. El interés europeo velará por sobre de los intereses nacionales.

Hay quien dice que las diferencias territoriales entre los diferentes Estados europeos son los suficientemente grandes como para impedir esta Unión. Pero, yo pregunto, ¿Es que a caso todos los Estados de USA son exactamente iguales? ¿En qué se parece el Estado de California con el de Tejas? Se trata de mejorar nuestras vidas, y la del resto. Ceder para mejorar. Unirnos más para progresar más. California y Tejas no se parecen en nada, pero viven bajo la protección y auxilio de un gran ente y, en especial, tienen un gran paraguas: la constitución estadounidense. Hagamos lo mismo con Europa.

Con sus problemas, con sus más y sus menos, como en cualquier parte del mundo, lo cierto es que la Unión Europea nos hace la vida más cómoda. Una Federación Europea nos la haría mucho más, pero sobre todo mucho más democrática, potente y con futuro.

“Un día, sobre el modelo de los Estados Unidos de América, llegarán a existir los Estados Unidos de Europa” George Washington.

PD: ¿a qué se parecería una Europa Federal? PDF: http://www.federaleurope.org/fileadmin/files_uef/neculai_study/BookSpanish.pdf

Dou you feel european? United States of Europe. http://www.go-use.eu/en



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